Convocados a vivir la sinodalidad en la Iglesia (ponencia de DOMENICO NGUYEN DUC NAM)

 

El término sinodalidad (caminar juntos) unido a sinergia (trabajar juntos) ya no es desconocido para todos nosotros. Se habla de ello con frecuencia en la Iglesia, de la mano del Papa Francisco... La sinodalidad es un término que la Iglesia se esfuerza desde hace tiempo por redescubrir su sentido profundo, por reapropiarse de una forma de vida constitutiva del pueblo de Dios y por despertar la fascinación de caminar juntos.

 

El camino sinodal no se regula por sendas preconfeccionadas y estrictamente planificadas, sino que se define y se despliega en el tiempo a través de la escucha, el diálogo, el descernimiento, la confianza mutua, actitudes que deben renovarse cada día.

 

Don Bosco siguió este mismo camino en la búsqueda de su vocación, tras aquella voz que lo llamaba a seguir. Conocemos bien su historia. Ahora, sólo quiero recordar el importante momento de este joven sacerdote Juan Bosco que se dejó guiar por el Espíritu Santo a través de Don Giuseppe Cafasso. Don Cafasso captó el amor/preocupación que sentía Don Bosco por la juventud pobre que soñaba con un inmenso Oratorio festivo para reunir a la juventud. Don Cafasso supo ver en Don Bosco al sacerdote destinado por la Providencia a convertirse en el Apóstol de Turín.

 


Antes de dar a Juan Bosco la respuesta de qué hacer después de sus estudios, Don Cafasso le preguntó:

- En este momento, ¿Qué ocupa tu corazón? ¿Quién es lo que envuelve tu mente?

Don Bosco respondió:

- En este momento parece que me encuentro en medio de una multitud de niños, que me piden ayuda.

 

Así nació su obra...  a partir del encuentro con Bartolomé Garelli (el 8 de diciembre de 1841).  Luego el número creció... el pequeño patio de la iglesia de San Francisco de Asís ... no podía contener tantos muchachos. Mas tarde se reunieron en las calles, en un cementerio, en los prados ... o en cualquier espacio donde pudieran reunirse. Por último, en la casa Pinardi.

 

Podemos decir que Don Bosco hizo un buen camino de "sinodalidad” junto a sus jóvenes pobres y colaboradores. Don Bosco iba en contra de la corriente de pensamiento de sus compañeros sacerdotes hasta el punto, que pensaban, de que Don Bosco estaba "loco'.


                             ¿Qué hizo Don Bosco en Valdocco?

 

Sabemos bien que Don Bosco, desde el principio de su misión en Valdocco, involucró a muchos laicos, amigos y colaboradores para que participaran en su misión entre los jóvenes.  Desde el principio suscitó la participación y la corresponsabilidad de compañeros sacerdotes, de los empresarios, de las buenas gentes del pueblo, de teólogos, de nobles y políticos de la época, hombres y mujeres.

 

Hemos nacido y crecido históricamente en comunión con los laicos, y ellos con nosotros. En efecto, hay que subrayar la importancia que los jóvenes han tenido en el desarrollo del carisma y de la misión salesiana: don Bosco encontré en los jóvenes a sus primeros colaboradores, que se convirtieron así en cofundadores de la Congregación.

 

Con esta introducción os invito, queridos salesianos cooperadores, a vivir la sinodalidad en la Iglesia según el "estilo salesiano" Me gustaría compartir con vosotros 3 puntos de la sinodalidad tomándolos del Carisma Salesiano:            '

                              

1.                  EI sacramento salesiano de la presencia

2.                  Familiaridad -"profetas de la fraternidad'

3.                 Joven protagonista en la misión

               

1.                                                                

El sacramento salesiano de la presencia

 

Como salesianos, nuestra vocación está marcada por un don especial de Dios para los jóvenes. El artículo 8 del PVA (Proyecto de Vida Apostólica de los Salesianos Cooperadores) habla del compromiso apostólico, el párrafo del número dos dice:

 

"S2. Animados por el espíritu salesiano, tienen una atención privilegiada a los jóvenes, especialmente a los más pobres o víctimas de cualquier forma de marginación, explotación y violencia, a los que se incorporan al mundo del trabajo y a las que dan señales de una vocación especifica”.

 

El Papa Francisco en su mensaje al Capitulo General de los Salesianos nos habló de la opción Valdocco y el carisma de la presencia". Nuestro Rector Mayor, el P. Ángel Fernández Artime, lo describe como el "sacramento salesiano" de la presencia. EI Papa escribe que, antes de las cosas que hay que hacer, el salesiano es el recuerdo vivo de una presencia donde la disponibilidad, la escucha, la alegría y la dedicación son las notas esenciales para despertar los procesos educativos.

 

La primera llamada es, pues, a ser una presencia alegre y libre entre los jóvenes. Nuestro ser discípulos del Señor, nuestro modo auténtico y profundo de ser apóstoles de los jóvenes pasa, en primer lugar, por nuestro estar entre la gente y en media de los niños y jóvenes. El secreto para ser una presencia alegre es estar convencidos de vuestra vocación, sintiéndonos felices de ser Salesianos Cooperadores.

 

la presencia no consiste sólo en pasar el tiempo con los jóvenes como grupo, sino en encontrarse con ellos individualmente, de forma personal, para establecer una relación que permita conocer y escuchar sus deseos, sus dificultades y luchas, y a veces sus miedos y temores.

 

Recordad que sois salesianos en la Iglesia y en el mundo. El artículo 16 dice de la presencia salesiana en el mundo:

"&1. Los Salesianos Cooperadores se sienten "íntimamente unidos" a la sociedad en la que viven y en la que están llamados a ser luz, sal y levadura. Creen en los recursos internos de la persona. Comparten los valores de su cultura y se comprometen a que ésta se guíe por el humanismo cristiano. Promueven las novedades con un sentido crítico cristiano. Integran "todo lo bueno" en sus vidas, escuchando especialmente a los jóvenes para discernir los signos de los tiempos.
$2. Ante las retos y dificultades socioculturales adoptan una actitud crítica y constructiva. Se comprometen a difundir en la sociedad una cultura cristiana y ética de acogida y solidaridad".

Con vuestra vida cotidiana, dais un hermoso testimonio en el lugar de trabajo, en la parroquia y en la sociedad. Estamos llamados a ser "la sal de la tierra y la luz del mundo"  (Mt 5, 13-14)

 

 

Con dos imágenes elocuentes, Jesús define la misión de sus discípulos (es decir, de todos nosotros): del mundo". Dos imágenes que nos dicen que no se trata de "hacer", sino de "ser. Y somos sal de la tierra y luz del mundo cuando hacemos de las bienaventuranzas nuestro programa de vida. Estamos llamados a tomar parte de esta sociedad como la sal sin perder nuestro sabor, más bien dándole sabor evangélico y preservándola de la ruina. Estamos llamados a iluminar, en un mundo en el que se ha perdido la estrella polar, Dios, como punto de referencia, y a ofrecer criterios de referencias para las opciones de la vida, especialmente para los jóvenes, que son los más expuestos a la confusión.

Los Salesianos Cooperadores viven como “buenos cristianos y honrados ciudadanos”, santificando su existencia en la vida cotidiana y enraizando su acción en la unión con Dios.

                                                                   

Familiaridad- “profetas de la fraternidad”

 

Para vivir la sinodalidad, no olvidemos crear un ambiente fraternal donde todos nos sintamos acogidos, todos nos sintamos hermanos, todos nos sintamos en casa. Con los chicos huérfanos, pobres y abandonados, viendo que necesitaban una madre para crear una familia, Don Bosco invitó~ a su madre a venir a Valdocco.  Con su presencia dio a los jóvenes huérfanos el sentimiento de amor de una verdadera madre.

 

En la carta del Papa Francisco a los capitulares del Capitulo General 23, destacó 2 presencias en el ambiente salesiano que hacen más familiar la casa salesiana: el hermano coadjutor y la mujer. Hoy quiero hablar sólo de la presencia materna. "¿Qué sería de Valdocco sin la presencia de Mamá Margarita? ¿Habrían sido posibles sus casas sin esta mujer de fe?"

 

Donde hay una comunidad salesiana, se hace una experiencia de fe, se construye una red de relaciones, se ofrecen múltiples formas de servicio a los jóvenes. La comunidad hace visible la presencia salesiana entre los jóvenes, la anima y promueve su crecimiento. Es necesario, en primer lugar, volver a los jóvenes y ser no sólo una comunidad "para" los jóvenes, sino también una comunidad "con” los jóvenes.   Por ello, la comunidad salesiana construye una presencia de comunión y participación, involucra a los laicos y a la Familia Salesiana, y se integra en el territorio y en la iglesia local. Se convierte así en una presencia que "educa y evangeliza", creando ambientes con una fuerte carga espiritual, tomando conciencia  de las situaciones de pobreza de los jóvenes y reaccionando ante ellas con mente y corazón pastorales, implementando proyectos y procesos de maduración de los jóvenes.

 

Ser una comunidad que vive la fraternidad, que da un fuerte y claro testimonio evangélico, que se convierte en una presencia animadora entre los jóvenes y en la Iglesia.

 

Queridos salesianos cooperadores, vuestra presencia (como la de Mamá Margarita) suaviza las estructuras y las convierte en un verdadero hogar para los niños y jóvenes.

 

Durante la pandemia se han dado muy buenas prácticas en los distintos centros de los Salesianos Cooperadores de todo el mundo. Ha habido iniciativas, creatividad, fraternidad entre nosotros. Cuántas buenas actividades concretas se han realizado, cuántos eventos se han organizado cuántos momentos de oración... No nos hemos quedado quietos, no nos hemos sentido meros espectadores, no nos hemos quedado en la ventana, al margen de todo de lo que ocurría. Nosotros somos realmente una Asociación activa y viva, que camina unida incluso en los momentos oscuros y difíciles. Es más, precisamente cuando encontramos dificultades, nos sentimos aún más unidos, compartimos aún más la fraternidad, cada uno de nosotros quiere hacer algo, aunque sea un gesto muy humilde pero que contiene un gran amor, un gran afecto.

 

                              

Encaminar y acompañar a los jóvenes en la misión

 

Por último, me refiero al corazón de nuestro Carisma, que nos ha convertido en lo que somos: El sistema preventivo, un estilo educativo salesiano.

 

EI Sistema Preventivo es una metodología de "bondad': es decir, un amor visible y familiar que sabe provocar una respuesta de amor y crea un clima y un entorno de bondad amorosa con vistas al objetivo último de la vida.

 

EI Sistema Preventivo es el método ideado y gradualmente madurado por San Juan Bosco, un educador excepcional que, a partir de su experiencia cotidiana, dio lugar a un nuevo método de educación que desarrolla a la persona en su totalidad: cuerpo, corazón, mente y espíritu. Fomenta el crecimiento y la libertad, situando al niño en el centro de toda la labor educativa.

 

El método preventivo se expresa en una asidua presencia educativa que, en espíritu de familia, establece relaciones sencillas y positivas basadas en la confianza, el compromiso y la alegría cotidiana.

 

Pretende formar "buenos cristianos y honrados ciudadanos" a través de un estilo educativo que se resume en el trinomio razón, religión y bondad amorosa", impulsado por la certeza de que "en cada joven, incluso en los más desfavorecidos, hay un punto accesible a la bondad".

 

Esta pedagogía crea un clima positivo de estímulo, confianza y protagonismo juvenil, hace aflorar los mejores recursos del joven y le orienta para que elija lo que es bueno, sano, alegre y vivificante.

 

 

Pero, además de método pedagógico, el sistema Preventivo es una espiritualidad que lleva a reproducir el modo de ser y de actuar de Dios para con la humanidad, que es el modo del Buen Pastor. El educador, el acompañante, la comunidad educativa y las comunidades cristianas que siente y actúan “preventivamente”, están llamados, como Don Bosco, a vivir la pasión apostólica de Cristo, el Buen Pastor: a ser otros "Cristo, buen Pastor" entre las personas con las que comparte su misión y entre todas aquellas en las que la desarrolla.

 

Por esto puede proponer a todos los jóvenes a Jesucristo como ideal de vida, y a María como madre y maestra en el camino.

El secreto de la educación es la bondad y la presencia constante pero discreta del educador que camina con los jóvenes hacia una meta elevada: la santidad, como Jess hizo con los discípulos que le seguían; como Don Bosco vivió, actuó y enseñó a vivir y hacer a todos los que con él dieron inicio a la Familia Salesiana:  los salesianos, las hijas de María Auxiliadora, los salesianos Cooperadores.  Su herencia está hoy en nuestros corazones y en nuestras manos.

 

Somos Salesianos Cooperadores, Salesianos en el mundo, como dice el artículo 6 de la PVA:

"Están comprometidos en la misma misión juvenil y popular, en forma fraterna y asociada. Trabajan por el bien de la Iglesia y de la sociedad, de forma adecuada a las necesidades educativas del territorio y a sus propias posibilidades concretas."

 

En esta misión estamos llamados "caminar juntos" entre nosotros y con toda la Iglesia. Esto es sinodalidad. Como dice San Juan Crisóstomo, "Iglesia y Sínodo sor sinónimos'- porque la Iglesia no es otra cosa que el “caminar juntos" como "el rebaño de Dios" por los caminos de la historia hacia Cristo, el Señor - y, por tanto, entendemos que en ella nadie puede ser "elevado" por encima de los demás. Por el contrario, en la Iglesia es necesario que alguien se "rebaje" para ponerse al servicio de sus hermanos de camino.

 

Caminar juntos no es algo automático, no se da por sentado, no es sólo un deseo, es un aprendizaje continuo y paciente de un arte que nos permite sincronizar nuestros pasos, armonizar las diferencias, abrirnos a la creatividad del Espíritu que dirige nuestra mirada hacia grandes horizontes. Es un procedimiento dinámico, construido con la contribución de todos, incluso de los más pequeños y marginados, que nos llevan continuamente por los caminos de Dios.

 


 DELEGADO MUNDIAL, D. DOMENICO NGUYEN DUC NAM



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