El término sinodalidad (caminar juntos) unido a sinergia (trabajar juntos) ya no es desconocido para todos nosotros. Se habla de ello con frecuencia en la Iglesia, de la mano del Papa Francisco... La sinodalidad es un término que la Iglesia se esfuerza desde hace tiempo por redescubrir su sentido profundo, por reapropiarse de una forma de vida constitutiva del pueblo de Dios y por despertar la fascinación de caminar juntos.
El camino
sinodal no se regula por sendas preconfeccionadas y estrictamente planificadas,
sino que se define y se despliega en el tiempo a través de la escucha, el
diálogo, el descernimiento, la confianza mutua, actitudes que deben renovarse
cada día.
Don Bosco siguió
este mismo camino en la búsqueda de su vocación, tras aquella voz que lo
llamaba a seguir. Conocemos bien su historia. Ahora, sólo quiero recordar el importante
momento de este joven sacerdote Juan Bosco que se dejó guiar por el Espíritu
Santo a través de Don Giuseppe Cafasso. Don Cafasso captó el amor/preocupación
que sentía Don Bosco por la juventud pobre que soñaba con un inmenso Oratorio
festivo para reunir a la juventud. Don Cafasso supo ver en Don Bosco al sacerdote
destinado por la Providencia a convertirse en el Apóstol de Turín.
Antes de dar a
Juan Bosco la respuesta de qué hacer después de sus estudios, Don Cafasso le preguntó:
- En este
momento, ¿Qué ocupa tu corazón? ¿Quién es lo que envuelve tu mente?
Don Bosco respondió:
- En este
momento parece que me encuentro en medio de una multitud de niños, que me piden
ayuda.
Así nació su
obra... a partir del encuentro con Bartolomé
Garelli (el 8 de diciembre de 1841). Luego
el número creció... el pequeño patio de la iglesia de San Francisco de Asís ...
no podía contener tantos muchachos. Mas tarde se reunieron en las calles, en un
cementerio, en los prados ... o en cualquier espacio donde pudieran reunirse.
Por último, en la casa Pinardi.
Podemos decir
que Don Bosco hizo un buen camino de "sinodalidad” junto a sus jóvenes
pobres y colaboradores. Don Bosco iba en contra de la corriente de pensamiento
de sus compañeros sacerdotes hasta el punto, que pensaban, de que Don Bosco estaba
"loco'.
¿Qué hizo Don
Bosco en Valdocco?
Sabemos bien
que Don Bosco, desde el principio de su misión en Valdocco, involucró a muchos
laicos, amigos y colaboradores para que participaran en su misión entre los jóvenes. Desde el principio suscitó la participación y
la corresponsabilidad de compañeros sacerdotes, de los empresarios, de las
buenas gentes del pueblo, de teólogos, de nobles y políticos de la época, hombres
y mujeres.
Con esta introducción
os invito, queridos salesianos cooperadores, a vivir la sinodalidad en la Iglesia
según el "estilo salesiano" Me gustaría compartir con vosotros 3
puntos de la sinodalidad tomándolos del Carisma Salesiano: '
1. EI sacramento salesiano de la presencia
2. Familiaridad -"profetas de la fraternidad'
3. Joven protagonista en la misión
1.
Como
salesianos, nuestra vocación está marcada por un don especial de Dios para los jóvenes.
El artículo 8 del PVA (Proyecto de Vida Apostólica de los Salesianos Cooperadores)
habla del compromiso apostólico, el párrafo del número dos dice:
El Papa
Francisco en su mensaje al Capitulo General de los Salesianos nos habló de la
opción Valdocco y el carisma de la presencia". Nuestro Rector Mayor, el P.
Ángel Fernández Artime, lo describe como el "sacramento salesiano" de
la presencia. EI Papa escribe que, antes de las cosas que hay que hacer, el
salesiano es el recuerdo vivo de una presencia donde la disponibilidad, la
escucha, la alegría y la dedicación son las notas esenciales para despertar los
procesos educativos.
La primera
llamada es, pues, a ser una presencia alegre y libre entre los jóvenes. Nuestro
ser discípulos del Señor, nuestro modo auténtico y profundo de ser apóstoles de
los jóvenes pasa, en primer lugar, por nuestro estar entre la gente y en media
de los niños y jóvenes. El secreto para ser una presencia alegre es estar
convencidos de vuestra vocación, sintiéndonos felices de ser Salesianos
Cooperadores.
Recordad que
sois salesianos en la Iglesia y en el mundo. El artículo 16 dice de la
presencia salesiana en el mundo:
Con vuestra
vida cotidiana, dais un hermoso testimonio en el lugar de trabajo, en la parroquia
y en la sociedad. Estamos llamados a ser "la sal de la tierra y la luz del
mundo" (Mt 5, 13-14)
Con dos imágenes
elocuentes, Jesús define la misión de sus discípulos (es decir, de todos nosotros):
del mundo". Dos imágenes que nos dicen que no se trata de
"hacer", sino de "ser. Y somos sal de la tierra y luz del mundo
cuando hacemos de las bienaventuranzas nuestro programa de vida. Estamos llamados
a tomar parte de esta sociedad como la sal sin perder nuestro sabor, más bien dándole
sabor evangélico y preservándola de la ruina. Estamos llamados a iluminar, en
un mundo en el que se ha perdido la estrella polar, Dios, como punto de referencia,
y a ofrecer criterios de referencias para las opciones de la vida, especialmente
para los jóvenes, que son los más expuestos a la confusión.
Los Salesianos
Cooperadores viven como “buenos cristianos y honrados ciudadanos”, santificando
su existencia en la vida cotidiana y enraizando su acción en la unión con Dios.
Para vivir la
sinodalidad, no olvidemos crear un ambiente fraternal donde todos nos sintamos
acogidos, todos nos sintamos hermanos, todos nos sintamos en casa. Con los
chicos huérfanos, pobres y abandonados, viendo que necesitaban una madre para
crear una familia, Don Bosco invitó~ a su madre a venir a Valdocco. Con su presencia dio a los jóvenes huérfanos
el sentimiento de amor de una verdadera madre.
En la carta del
Papa Francisco a los capitulares del Capitulo General 23, destacó 2 presencias
en el ambiente salesiano que hacen más familiar la casa salesiana: el hermano
coadjutor y la mujer. Hoy quiero hablar sólo de la presencia materna. "¿Qué
sería de Valdocco sin la presencia de Mamá Margarita? ¿Habrían sido posibles
sus casas sin esta mujer de fe?"
Donde hay una
comunidad salesiana, se hace una experiencia de fe, se construye una red de
relaciones, se ofrecen múltiples formas de servicio a los jóvenes. La comunidad
hace visible la presencia salesiana entre los jóvenes, la anima y promueve su
crecimiento. Es necesario, en primer lugar, volver a los jóvenes y ser no sólo
una comunidad "para" los jóvenes, sino también una comunidad
"con” los jóvenes. Por ello, la comunidad
salesiana construye una presencia de comunión y participación, involucra a los
laicos y a la Familia Salesiana, y se integra en el territorio y en la iglesia
local. Se convierte así en una presencia que "educa y evangeliza",
creando ambientes con una fuerte carga espiritual, tomando conciencia de las situaciones de pobreza de los jóvenes
y reaccionando ante ellas con mente y corazón pastorales, implementando
proyectos y procesos de maduración de los jóvenes.
Ser una comunidad
que vive la fraternidad, que da un fuerte y claro testimonio evangélico, que se
convierte en una presencia animadora entre los jóvenes y en la Iglesia.
Queridos
salesianos cooperadores, vuestra presencia (como la de Mamá Margarita) suaviza
las estructuras y las convierte en un verdadero hogar para los niños y jóvenes.
Durante la
pandemia se han dado muy buenas prácticas en los distintos centros de los Salesianos
Cooperadores de todo el mundo. Ha habido iniciativas, creatividad, fraternidad
entre nosotros. Cuántas buenas actividades concretas se han realizado, cuántos
eventos se han organizado cuántos momentos de oración... No nos hemos quedado quietos,
no nos hemos sentido meros espectadores, no nos hemos quedado en la ventana, al
margen de todo de lo que ocurría. Nosotros somos realmente una Asociación activa
y viva, que camina unida incluso en los momentos oscuros y difíciles. Es más,
precisamente cuando encontramos dificultades, nos sentimos aún más unidos, compartimos
aún más la fraternidad, cada uno de nosotros quiere hacer algo, aunque sea un
gesto muy humilde pero que contiene un gran amor, un gran afecto.
Por último, me
refiero al corazón de nuestro Carisma, que nos ha convertido en lo que somos:
El sistema preventivo, un estilo educativo salesiano.
EI Sistema Preventivo es una metodología de "bondad': es decir, un amor visible y familiar que sabe provocar una respuesta de amor y crea un clima y un entorno de bondad amorosa con vistas al objetivo último de la vida.
EI Sistema
Preventivo es el método ideado y gradualmente madurado por San Juan Bosco, un
educador excepcional que, a partir de su experiencia cotidiana, dio lugar a un nuevo
método de educación que desarrolla a la persona en su totalidad: cuerpo, corazón,
mente y espíritu. Fomenta el crecimiento y la libertad, situando al niño en el
centro de toda la labor educativa.
El método
preventivo se expresa en una asidua presencia educativa que, en espíritu de
familia, establece relaciones sencillas y positivas basadas en la confianza, el
compromiso y la alegría cotidiana.
Pretende formar
"buenos cristianos y honrados ciudadanos" a través de un estilo
educativo que se resume en el trinomio razón, religión y bondad amorosa",
impulsado por la certeza de que "en cada joven, incluso en los más
desfavorecidos, hay un punto accesible a la bondad".
Esta pedagogía
crea un clima positivo de estímulo, confianza y protagonismo juvenil, hace
aflorar los mejores recursos del joven y le orienta para que elija lo que es
bueno, sano, alegre y vivificante.
Pero, además de
método pedagógico, el sistema Preventivo es una espiritualidad que lleva a
reproducir el modo de ser y de actuar de Dios para con la humanidad, que es el modo
del Buen Pastor. El educador, el acompañante, la comunidad educativa y las
comunidades cristianas que siente y actúan “preventivamente”, están llamados,
como Don Bosco, a vivir la pasión apostólica de Cristo, el Buen Pastor: a ser
otros "Cristo, buen Pastor" entre las personas con las que comparte
su misión y entre todas aquellas en las que la desarrolla.
El secreto de la educación es la bondad y la presencia constante pero discreta del educador que camina con los jóvenes hacia una meta elevada: la santidad, como Jess hizo con los discípulos que le seguían; como Don Bosco vivió, actuó y enseñó a vivir y hacer a todos los que con él dieron inicio a la Familia Salesiana: los salesianos, las hijas de María Auxiliadora, los salesianos Cooperadores. Su herencia está hoy en nuestros corazones y en nuestras manos.
Somos Salesianos Cooperadores, Salesianos en el mundo, como dice el artículo 6 de la PVA:
En esta misión estamos
llamados "caminar juntos" entre nosotros y con toda la Iglesia. Esto
es sinodalidad. Como dice San Juan Crisóstomo, "Iglesia y Sínodo sor sinónimos'-
porque la Iglesia no es otra cosa que el “caminar juntos" como "el
rebaño de Dios" por los caminos de la historia hacia Cristo, el Señor - y,
por tanto, entendemos que en ella nadie puede ser "elevado" por
encima de los demás. Por el contrario, en la Iglesia es necesario que alguien
se "rebaje" para ponerse al servicio de sus hermanos de camino.
Caminar juntos
no es algo automático, no se da por sentado, no es sólo un deseo, es un aprendizaje
continuo y paciente de un arte que nos permite sincronizar nuestros pasos,
armonizar las diferencias, abrirnos a la creatividad del Espíritu que dirige nuestra
mirada hacia grandes horizontes. Es un procedimiento dinámico, construido con
la contribución de todos, incluso de los más pequeños y marginados, que nos
llevan continuamente por los caminos de Dios.









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